Márquez y Moleón recogen el brazalete

Tras la retirada de Martín Iraizoz mediada la temporada 2012 y la de Joaquín Sánchez a final de año, dos andaluces, Rafael Márquez y Víctor Moleón, ostentarán, junto al ciclocrossman Javier Ruiz de Larrinaga, en este 2013 el rol de ciclistas con mayor trayectoria dentro del equipo Lizarte. Con tres temporadas vistiendo de rosa a sus espaldas, cordobés y granadino repasan su llegada al conjunto navarro, su papel actual y las expectativas que tienen puestas en el nuevo curso ciclista.

 

– Hace tres años, por estas mismas fechas, dabais el salto a sub-23. ¿Cómo acabaron dos andaluces fichando por un equipo navarro?

 

Rafael Márquez – Todo surgió mediante nuestro director en juveniles, Juan Muñoz. Él fue quien se puso en contacto con Manolo Azcona, que solo nos conocía por resultados de carreras pero al final apostó por nosotros. Le estamos muy agradecidos por la oportunidad que nos dio. 

 

Víctor Moleón – Como dice Rafa, fue gracias a Muñoz, que habló con Manolo para ver si nos podía hacer un hueco a los dos. Afortunadamente, Manolo contestó afirmativamente y entramos en el equipo. 

 

– Sois los supervivientes de aquel Lizarte 2010 de los Iriarte, Sanz, Etxarri, Iraizoz… ¿ha variado la esencia del equipo desde entonces?

 

R.M. – La esencia sigue siendo la misma, la de un equipo unido y con ganas de darlo todo en las carreras. Desde nuestra perspectiva de debutantes, es cierto que ellos te daban tranquilidad y aportaban madurez al grupo, eran corredores hechos a la categoría que sabías que en cualquier carrera iban a tener opciones de victoria o pelear los primeros puestos. 

 

V.M. – La filosofía no ha cambiado pese a la gente que se ha ido y ha venido en estos tres años. El perfil de los corredores y el calendario es el mismo, el ambiente sigue siendo igual de bueno… también los objetivos que había entonces y los que hay ahora son muy similares.

 

– En este tiempo habéis encajado perfectamente en Pamplona… ¿cómo es vuestro día a día?

 

R.M. – Vivimos en un piso Santi Ramírez, Víctor y yo, y algunos fines de semana viene algún otro compañero de fuera. Los tres salimos a entrenar todas las mañanas, solos o haciendo grupeta con los compañeros de equipo que son de Pamplona dependiendo del tipo de entrenamiento que tengamos. El terreno navarro es perfecto para entrenar, aunque está el inconveniente del frío.

 

V.M. – Normalmente entrenamos por la mañana. Por las tardes, descansamos: hacemos la comida, vamos a la bajera del equipo, hacemos la compra… y también tenemos la rutina de las tareas de la casa como limpiar, fregar, poner la lavadora, tender la ropa, etc. Estamos entretenidos todo el día.

 

– ¿Qué es lo más duro de vivir a más de 800 kilómetros de casa?

 

V.M. – Lo peor es tener que marcharte y dejar a la familia y los amigos. También se echa de menos el mejor clima que tenemos en Andalucía, sobre todo a la hora de entrenar en invierno. Pero tenemos que pensar que somos unos afortunados porque hacemos lo que nos gusta y en Pamplona no tenemos ninguna queja, nos tratan como en casa.

 

R.M. – Coincido con Víctor, creo que lo más duro es estar lejos de la familia, chica y amigos. Pasamos desde febrero hasta octubre en Pamplona y solemos bajar dos o tres veces en los ocho meses de temporada. En el norte hay bastante calendario y corremos todos los fines de semana, por lo que hay pocas situaciones en las que tenemos un hueco para bajar. Son demasiados kilómetros para estar yendo a casa semanalmente.

 

– El 2012 fue satisfactorio para ambos. Márquez se llevó un triunfo en los Tres Días de Álava…

 

R.M. – El año fue bueno a pesar de que empecé más tranquilo. Cogí un buen punto de forma en Álava, donde pude alzar por primera vez los brazos como amateur en la última etapa. Me quedé con la espina de no poder haber conseguido otra victoria, pero durante todo el año fui regular estando delante en muchas carreras.

 

V.M. – Rafa dio un salto importante desde abril. Como dice él, no comenzó a tope pero fue poco a poco mejorando su estado hasta que llegó su victoria en los Tres Días de Álava. Más tarde, en el verano, se quedó cerca de repetir en Muxika, lo que demuestra que supo mantener intactas las fuerzas hasta los últimos meses de competiciones.

 

… y Moleón se quedó a un paso en Lizartza y Laukiz, dejando atrás la rotura de peroné de un año antes.

 

V.M. – Después de la lesión, la mejor noticia fue sentirme recuperado. En cuanto a lo deportivo, rondé la victoria en varias ocasiones, sobre todo a principio de temporada con un par de segundos puestos y un tercero. Luego con el tema de las alergias no pude dar el máximo, pero en líneas generales creo que fue una buena campaña.


R.M. – Víctor en cuanto venza la primera carrera y coja confianza seguro que conseguirá más de una. El año pasado estuvo a punto de ganar en varias ocasiones y estoy seguro de que antes o después terminará llegando el triunfo. Es muy potente en terrenos rompepiernas y en los sprints es uno de los más fuertes de la categoría sub-23.

 

– ¿Han servido estos resultados para daros cuenta de hasta dónde podéis llegar en aficionados?

 

R.M. – Ganar y verte delante siempre te da confianza, además de notar que vas progresando año tras año. Te das cuenta de que estás cerca de los mejores o con ellos y eso te da fuerzas y ánimo para seguir trabajando. Ahora, hasta dónde puedo llegar… no lo sé.

 

V.M. – Creo que tengo bastante margen de mejora aún. Todos los años doy un salto de calidad y tengo la esperzanza de dar otro importante en 2013. A ver si sirve para poder dar el paso que todos deseamos, subir a profesionales.

 

– Pese a vuestra juventud, en 2013 os convertís en los capitanes junto a Larrinaga. ¿Sentís más responsabilidad por ello?

 

R.M. – En este equipo todos tenemos nuestras opciones sin importar la edad o el tiempo que se lleve en él, por lo que tampoco nos consideraría capitanes como tal. Pero sí que es cierto que nosotros y los élites vamos a tener ese punto de responsabilidad a la hora de rematar en carreras frente a los chicos de primer o segundo año.

 

V.M. – Siempre se tiene más responsabilidad que los juveniles por ejemplo, está claro. Pero personalmente es algo que no me asusta en absoluto y que incluso me motiva para intentar estar delante y luchar por cada carrera.

 

– A falta de completar definitivamente la plantilla, ¿cómo veis al equipo y vuestros compañeros?

 

V.M. – Para el 2013 el equipo se ha reforzado mucho con gente que tiene mucha calidad y experiencia pese a su juventud. En general, tenemos un equipo muy amplio y completo para estar disputando todas las carreras.

 

R.M. – Pienso que tenemos una plantilla bastante competitiva y equilibrada en edad. Es más joven que otros años, pero no por ello menos potente. Los élites que vienen como Víctor Martín o Aitor González son grandísimos corredores que ya saben lo que es ganar. 

 

– Vuestras ambiciones personales para la nueva campaña son…

 

R.M. – No bajar el nivel durante todo el año y si se puede conseguir una o más victorias mucho mejor. Las vueltas por etapas es uno de los puntos que creo debo mejorar, y me gustaría hacer bien Bidasoa y Palencia en este último año como sub-23.

 

V.M.Ya que lo vi tan cerca en 2012, me gustaría poder ganar alguna carrera, pero ante todo espero ser regular de principio a fin. Y, por supuesto, estar al servicio del equipo cuando se me necesite para ayudar a un compañero.